No sé bien por qué pero me fascina ver la creación suceder delante de mis ojos. Casi como si se tratase de un truco de magia donde la autoconciencia de saber artificio lo que acontece delante de mis ojos no acciona como obstrucción sino más bien como potencia del placer. Nada de ingenuidad, más bien lo contrario: saberse engañado y dejarse engatusar por eso que sabemos que no es pero de una forma mágica e ilusa de cierta forma termina siendo. Algo así como un faux naïf(…)
Hacer propaganda por la causa palestina, sí. Con imágenes y sonidos. Cine y televisión. Hacer propaganda es poner los problemas sobre la mesa. Una película es una alfombra voladora que puede ir a todas partes. No hay ninguna magia. Es un trabajo político. Hay que estudiar e investigar, registrar esta investigación y este estudio, y después mostrar el resultado (el montaje) a otros combatientes(…)
Los textos del auténtico Abel Posadas en “Crear” me deslumbraron. Se podía disentir con él en la narrativa fáctica de algunos hechos pero su abordaje crítico era personalísimo, original y estimulante. Para usar una frase de Alsina, era evidente que Abel Posadas pensaba solo, no estaba en ninguna troika, no le importaba quedar bien con nadie(…)
Había que elegir entre un primer plano de Seberg o uno de Belmondo; la moneda en el aire define la historia y sintetiza el proceso. En “Nouvelle Vague” el rodaje de “Sin aliento” es por momentos una moneda al aire. Linklater comprende que importa menos su caída que el revoloteo intermitente; importa, también, quién la lanza, quién tiene la voluntad para delegar al azar —por irreverencia o porque cree en él— una decisión(…)
“Un día descubrí que el VLC permitía capturar fotogramas y a partir de entonces ya nada fue igual”, dice José Miccio en el ensayo que abre este libro. Su cinefilia es voraz; todo el cine cabe en sus análisis, desde la suntuosidad aristocrático-marxista de Luchino Visconti hasta la clase B feroz de Larry Cohen y sus bebés asesinos(…)
Tal vez valga la pena distinguir entre dos tipos de feísmo: el que aprovecha una tendencia o una moda, y entonces ofrece pinceladas gruesas, detalles de monstruosidad, abordajes tímidos que apenas ocultan la vergüenza —cineastas que, sospechamos, filmarían algo diferente si el viento soplara en otra dirección—, y, por otra parte, el que le da forma a un cuerpo de obra, el que gracias al empecinamiento y una visión del mundo desarrolla un estilo distinguible. Esa es la distancia fundamental entre “Los insomnes” (1986), de Carlos Orgambide, y “Kindergarten” (1989), de Jorge Polaco(…)
Puede que “Whisper of the Heart” no sea la película más conocida de Ghibli, pero millones de usuarios aprobaron materias, atravesaron extensas jornadas de trabajo y se recibieron de sus carreras con el loop de Shizuku Tsukishima de fondo. Este evento azaroso no es completamente casual: la película, un drama romántico que es también relato de iniciación, entiende el amor y el conocimiento como dupla indisociable(…)
En una primera lectura, los menos de tres segundos de fotogramas seleccionados no dicen: “se intentó matar a Cristina Fernández de Kirchner”, sino que subrayan: “matar [a Cristina Fernández de Kirchner] se ve así”. En consecuencia, el fotograma indica en primer lugar que es posible apuntar a cualquier persona si uno se encuentra a centímetros de su rostro. En segundo lugar, que es posible intentar asesinar a un dirigente político en democracia. Es una imagen imperativa en la que el tipo de plano se alinea inmediatamente al acto del intento de magnicidio, constituyendo un ejemplo perfecto de metalenguaje(…)
El ensayista es el único que puede hallar una salida al problema de cómo hablar sobre lo que se resiste a ser hablado. Porque entre los discursos que secan la obra y la mudez a la que tienden los que para protegerla desvían la atención hacia sí o hacia otros, establece un espacio de indeterminación y convivencia(…)