A "Blue" no le interesa el espectro visible sino su respuesta tonal. Entretanto, la mirada sigue fija sobre el mundo sin bordes: una especie de melodía toma forma y nos revela aquel silencio invisible. Vemos el montaje en lo sonoro. Si bien en el cine la voz en off es un recurso extradiegético, en "Blue" pasa algo distinto. Los sonidos que escuchamos y leemos sobre el plano no son un simple vehículo del lenguaje y la expresión: son un conjuro(...)