La repetición de ciertos esquemas narrativos, más que afianzar modelos alternativos a los canónicos, refuerzan la impresión de estar viendo una y otra vez la misma película, y resalta la ausencia de un cine que sacuda al espectador o lo interpele de forma directa, que rompa su propio marco, que se salga de las vías aceitadas y automatizadas por las que las películas son conducidas en el ecosistema de festivales(...)