Con la incertidumbre de quien se mueve a tientas, Gustavo Fontán confecciona un campo semántico de lo esquivo: la luz es “fugitiva”, el cineasta está “al acecho” y espera lo “inminente”, lo “ominoso” y lo “inefable”, las definiciones “corren peligro”, el fuera de campo es “riesgoso”. La intensidad engaña, la ambigüedad es algo a proteger, el tiempo está ligado a la intemperie(...)