“Osamu Tezuka: Secrets of Creation”, o la esquela de un kamikaze en constante movimiento
No hay mercado más salvaje que el del manga. Miles de historias son serializadas semana a semana, lo que empuja a los mangakas a trabajar contrarreloj para entregar veinte páginas antes de la fecha límite. En el medio, cada obra es puesta a competir contra otras en un “concurso de popularidad” donde el lector vota cuál le gusta más. Los artistas son víctimas de la presión popular y de sus superiores, los editores. De este dictamen no escapa nadie, ni siquiera el Dios del manga(...)