La fría luz del día. Sobre “Toute une nuit”, de Chantal Akerman
Las historias pasionales solo son posibles por la noche, cuando nadie mira y el cielo oscuro cubre nuestros misterios. Pero con la fría luz del día llegan los arrepentimientos (la mujer que abandona a su amante mientras él paga el hotel) o terminan los juegos secretos. La esposa fugada vuelve justo a tiempo para descansar un minuto antes de atender el despertador y todas las asfixiantes tareas que tendrá que acometer antes de volver a su rutina privada. Con el día se rompen las ilusiones que nos hemos formado durante la noche, y no nos queda otra opción que asumir que, aunque no nos guste, la vida debe continuar(...)