Nuestras fronteras. Una conversación con Yaela Gottlieb
No hay regreso a casa es una película que borra fronteras en varios sentidos. A través del encuentro y el afecto acorta distancias políticas entre dos generaciones tensionadas, aun cuando la persona querida diga algo doloroso o su propio chauvinismo marque los límites. También permite explorar el mundo desde sus herramientas digitales, transitando las calles del pueblo rumano donde nació el padre de Gottlieb por Google Earth o hablando con él desde Perú por una videollamada. Pero el gesto más audaz y político de la película es su verdadero carácter transnacional(...)