Peter Weir

Oceánico, infinito Arrebatos

Oceánico, infinito

Como piratas, náufragos o pescadores, incontables niños han soñado con las profundidades del océano —la superficie, bella como es, no tendría el menor impacto si no fuera por la certeza de que abajo de ella yace un misterio insondable—. (...) En el océano sin límites un ser humano corre peligro constante, y eso no cambió demasiado con el nacimiento de la inmersión extendida; al contrario, el peligro se diversificó, cobrando formas nuevas e impensadas. Mar y aventura, entonces, siempre fueron de la mano. No resulta muy distinto en el mundo adulto. Es recurrente la figura del oficinista aburrido, harto de su rutina gris, que sueña con embarcarse hacia la nada; estilo de vida que imaginamos como un sacudón de adrenalina incesante con un cariz existencial(...)
Historias de la transpiración (Primera parte) Arrebatos

Historias de la transpiración (Primera parte)

Bogdanovich filma como si el calor le pesase. Quien opera la cámara se mueve con el ritmo cansino de los que no soportamos el calor y no nos alcanzan las manos para sacudirnos los bichos que nos rodean. Tal vez por eso este Bogdanovich sea tan diferente a otros Bogdanovich. El chorro de vitalidad le mana más despacio, como entre dientes, y Gazzara es el rostro impertérrito de esa afluencia. Un monje que le ha dado toda la vuelta al loto y, ya sin salida, camina despacio, mastica el humo y escupe el fuego(...)