Miguel Savransky
Nació en Buenos Aires en 1985. Estudió el Profesorado de Filosofía en la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA), es docente de la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA) y de la Carrera de Comunicación Audiovisual de la Facultad de Humanidades (UNSAM), ha colaborado como crítico crítico de cine en diversos medios tanto en formato digital como en papel. Actualmente, es doctorando en Filosofía por la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA) y se encuentra trabajando en su tesis doctoral sobre las lecturas de Kant en el pensamiento de Michel Foucault.
En ninguna de las dos emerge un sujeto político en sentido estricto. No hay poder de impugnación ni horizonte alternativo posible. Expresan más bien situaciones defensivas en contextos de avanzada neoliberal generalizada sobre las condiciones de vida y trabajo en los que la imaginación política y la eficacia histórica de la lucha de clases sufrieron un enorme retroceso. Son formas de vida precarizadas que se las ingenian con modestia para hacer frente a un mundo hostil(...)
Comolli nunca renunció a practicar el cine como espacio de resistencia frente a la sujeción servil del espectáculo, ni a reflexionar y teorizar sobre él con un sutil sentido histórico atento tanto a las continuidades como a las mutaciones del entramado de fuerzas tecnológicas, culturales, sociales, políticas y formales que lo recorren. Tampoco elude la tarea de pensar el presente de la propia coyuntura, signada por una ofensiva voraz sobre la experiencia del cine en sala por parte de las plataformas de streaming, que copan cada vez más el mercado y el sistema de exhibición y circulación de películas(...)
"Cine de vanguardia. Instrucciones de uso" [Metales Pesados, Santiago de Chile, 2021] está consagrado a las vanguardias en el cine de ayer, hoy y siempre. El suyo es un trabajo de cartografía que traza los mojones y bosquejos de una contrahistoria del cine, volviendo la atención hacia zonas muchas veces poco transitadas, difundidas, reconocidas, vistas y oídas, incluso en el límite de aquello perdido u olvidado, en mal estado o riesgo de conservación. Semejante proceder comporta siempre una vocación internacionalista: “el país del cine”, siempre suplementario, por principio no cierra sus fronteras(...)