Patón es malhablado y calentón en todos los sentidos posibles. Pasó gran parte de sus 35 años jugando en Talleres. Tal vez por ese motivo, o por algún otro que no conocemos, nunca terminó el secundario. En películas posteriores al Nuevo Cine Argentino como "La patota", "Relatos salvajes" o, por qué no, incluso un trabajo independiente como "Los salvajes" —títulos que refieren siempre a lo barbárico, expresiones de lo grupal como negativo—, Patón sería observado con cierta displicencia, como si un entomólogo se acercara al bicho menos agraciado del criadero. En "El 5 de Talleres" ocurre lo contrario: la película tiene muy en claro que Patón, cuya carrera está a punto de terminarse, no es ningún imbécil(...)