Cine español
La máquina de hacer autores | Cobertura de la Sección Oficial de Cortometrajes del 25° Festival de Málaga
Más allá de dos o tres cortometrajes —de veinte— es difícil encontrar riesgo, frescura, sorpresa o voluntad de hacer cine de una manera personal; no encuentro el deseo de romper con códigos preestablecidos ni de construir algo que funcione en términos dramáticos: todos comparten la misma sensación de asfixia estética y narrativa generalizada. Sí encuentro ganas de quedar bien, de estar en festivales y de aprender a “jugar el juego”. Y no es un problema de los cineastas: siempre va a haber gente que piense así. Es un problema de los que toman las decisiones, de cómo lo hacen, de qué sentidos sobre el cine perpetúan y qué posibilidades abren(...)
La muerte de Robert McKee. Entrevista a Javier Trigales, docente de guion
La enseñanza de cine en España está muy orientada a la industria. Se deja de lado la historia del cine, se dejan de lado a los grandes teóricos, y se va a una concepción muy utilitarista del cine, practicista y en búsqueda del retorno económico. Eso por una parte está bien, ya que siempre está bien salir con trabajo de un sitio, pero por otro lado es un peligro completo para la industria, porque acaban saliendo clones que manejan los mismos conceptos de lo que es bueno para que tu película tenga éxito. Al final, el empobrecimiento de la industria a nivel creativo es muy fuerte, aunque sean productos técnicamente estupendos(...)
Volver al futuro, o acerca de la nostalgia
Fisher retoma a T. S. Eliot cuando dice que “el agotamiento de lo nuevo nos priva hasta del pasado. La tradición pierde sentido una vez que nada la desafía o modifica”. La mirada nostálgica la vuelve inofensiva y pasible de ser exhibida, montada o programada como artefacto. “Es más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo”: el célebre apotegma puede sintetizar algunas ideas de este texto. La pregunta es si el cine, que supo aportar a la construcción de imaginarios (y organizaciones) revulsivos, romperá los mandatos del realismo capitalista y permitirá volver a imaginar; no (sólo) a recordar tiempos felices o temer por los que vendrán.
A través del espejo, a través de la ficción. Una mirada a “Función de noche”
Al igual que la novela de Delibes no era únicamente un monólogo recriminatorio –por idiota, por poco atento, por rojo...– de una mujer que ha perdido a su marido, sino la mirada a las raíces de una sociedad, la conversación que mantienen Lola Herrera y Daniel Dicenta revela mucho más que los problemas de un matrimonio en concreto: se expande a toda una época oscura y tremendamente violenta de un país sumido en una dictadura de décadas, que mediante la represión institucional perpetuó un modelo sentimental misógino, podrido, de roles insostenibles, que tantos años después sigue encontrando sus perpetuadores(...)