Historias de la transpiración (Primera parte)
Bogdanovich filma como si el calor le pesase. Quien opera la cámara se mueve con el ritmo cansino de los que no soportamos el calor y no nos alcanzan las manos para sacudirnos los bichos que nos rodean. Tal vez por eso este Bogdanovich sea tan diferente a otros Bogdanovich. El chorro de vitalidad le mana más despacio, como entre dientes, y Gazzara es el rostro impertérrito de esa afluencia. Un monje que le ha dado toda la vuelta al loto y, ya sin salida, camina despacio, mastica el humo y escupe el fuego(...)