El problema de la observación de la naturaleza Arrebatos

El problema de la observación de la naturaleza

Bajo la falsa suposición de que el cine murió, se nos quiere hacer creer que actualmente existiría una especie de limpieza observacional a la hora de filmar cualquier cosa. Que lo que queda es una suerte de post-cine, donde no hay situaciones dramáticas, personajes ni preocupaciones temáticas; donde lo único que resta es la naturaleza y una cámara pasiva que observa. (...) Por suerte, eso es mentira; se trata de una ecuación reduccionista que, al descontextualizar el plano y quitarle su función dramática, le sustrae todo criterio al oficio de hacer cine y toda singularidad al acto de armar una puesta en escena(...)
Muerto el cine aún nos queda vasto mundo Arrebatos

Muerto el cine aún nos queda vasto mundo

Antes de constituirse como fenómeno de masas, antes de ser “industria del entretenimiento”, e incluso antes de que se escribiera su historia, el cine fue eso: una forma de registrar el mundo que le otorgó a la humanidad la posibilidad de tener una memoria visual no sólo de sí sino también del espacio que la contiene; la posibilidad de ver eternizada en una pantalla la acción del viento sobre las hojas de los árboles. (...) No hay, como entiende el niño de la gloriosa "The Long Day Closes", de Terence Davies, pantalla de cine más grande que el cielo(...)
Lejos del polvo del mundo. Notas sobre “1917” Exploraciones

Lejos del polvo del mundo. Notas sobre “1917”

La mezcla de universalismo y simbolismos dominantes en "1917" podrían unir a Mendes con Iñárritu o Nolan, Cuarón o Aronofsky: un grupo disperso de cineastas que, a comienzos de siglo y probablemente sin saberlo, terminaron definiendo el rumbo (tecnológico e ideológico) del nuevo cine industrial, con ideas tan ingeniosas como manipuladoras y una concepción del cine como maquinita de plot-twists y acumulación de perturbaciones(...)
“En el descubrimiento de la primera persona me choqué contra los límites del documental más convencional” Conversaciones

“En el descubrimiento de la primera persona me choqué contra los límites del documental más convencional”

La carrera de Andrés Di Tella comenzó en la década de los ochenta, años en los que trabajó en films de Alberto Fischerman y se dedicó, también, al periodismo y la publicidad. Luego de realizar varias películas de temáticas estrictamente políticas, su obra fue moviéndose hacia terrenos cada vez más íntimos y personales. En esa línea realizó documentales como "La televisión y yo", "Fotografías" y el reciente "Ficción privada". A raíz de la edición de su segundo libro, "Cuadernos", lo entrevistamos para Taipei, con la intención de recorrer su obra.
Clint Eastwood, o el cowboy que no deja de desaparecer Arrebatos

Clint Eastwood, o el cowboy que no deja de desaparecer

Elusión de información y desaparición; puesta en escena. Clint Eastwood, como actor, es un cowboy; cuando le toca estar detrás de cámara, se viste de mago. Esta delicada preocupación por la desaparición lo despega de los directores que asocian género con estandarización y código con fotocopia(...)
Lumiton: los doctores quieren cine (Abel Posadas) Exploraciones

Lumiton: los doctores quieren cine (Abel Posadas)

Lumiton no quiebra: cierra, simplemente, por factores políticos, sindicales y, además, porque la guerra que emprendió el personal técnico y artístico contra la plana mayor se hizo hacia 1949, insostenible. Al propio tiempo es necesario aclarar que por el ritmo de trabajo, Lumiton contó, tal vez, con los mejores profesionales en lo que se refiere a inventiva: era el cine de la improvisación y la rapidez, el del material barato pero que parecía extremadamente caro. Y para esto último, hace falta mucha imaginación(...)
Tres textos de Leopoldo Torre Nilsson Exploraciones

Tres textos de Leopoldo Torre Nilsson

Los siguientes textos fueron publicados —o leídos— por el cineasta Leopoldo Torre Nilsson en distintas épocas y contextos. Los tres forman parte del libro "Torre Nilsson por Torre Nilsson", prologado y seleccionado por Jorge Miguel Couselo y editado en 1985 por Editorial Fraterna(...)
La energía digresiva del cinematógrafo. Tres poemarios de Claudia Masin Arrebatos

La energía digresiva del cinematógrafo. Tres poemarios de Claudia Masin

En sus poemas, Claudia Masin parecería estar registrando, muy solapadamente, un texto-lectura del cine. Es evidente su participación profunda en el hecho fílmico. La poeta no escribe la película: escribe sus repercusiones. Busca "la alegría de hablar como quien raspa / las palabras propias / contra las ajenas y ve surgir la llama débil / del lenguaje compartido"(...)
Alton, Sandrini y “El hijo de papá”, la película que fue arrojada al fuego Exploraciones

Alton, Sandrini y “El hijo de papá”, la película que fue arrojada al fuego

El 25 de octubre de 1933 se realizó la primera proyección de la película, nada más ni nada menos que en el cine Paramount. Quienes estuvieron presentes coincidieron en que el resultado fue catastrófico. La sala se inundó de abucheos y silbidos. Las reseñas en los diarios hablaban de una película grosera, rudimentaria, sosa, técnicamente defectuosa. Las principales fallas eran atribuidas al sonido y a los deslucidos diálogos, pero también a la absurda trama “sin ingenio” plagada de episodios banales sin gracia(...)
Brevedades profanas Cine expandido

Brevedades profanas

La máxima sigue vigente: filmar, siempre, todo el tiempo. En los momentos de silencio reside la maravilla del registro: acumular, capturar, poner a descansar el material, dejando que el tiempo actúe sobre él. Querer vivir, siempre, lo que se pueda, para en un futuro poder volver sobre el archivo y sorprenderse. Qué encontraremos ahí. Qué será del mundo. Será un mundo completamente distinto, o tendrá similitudes. Qué será de nosotros. Seremos los mismos o seremos otros(...)
Los espacios resignificados. Cinco puertas a Takashi Ito Cine expandido

Los espacios resignificados. Cinco puertas a Takashi Ito

A mitad del corto vimos un dedo enorme en primer plano —el de Ito padre— que se acercaba lentamente hacia la nariz de su hijo, para presionarla. Luego se sucedían planos similares, con el dedo tocando otras partes del cuerpo del niño. En los últimos segundos hay un plano similar, pero ahora el dedo toca una pantalla que reproduce la imagen del niño. Las implicancias de esta idea son demasiado dolorosas para ponerlas en palabras. La tecnología permitiría, al menos, la persistencia de esa imagen amada. Pero solo de la imagen. Es un final desolador para un breve diario familiar que puede pensarse, también, como una hermosa carta de amor(...)
Historias de la transpiración (Segunda parte) Arrebatos

Historias de la transpiración (Segunda parte)

Hannam filma un drama peronista duro y pesado en medio del outback australiano. El calor impregna la pantalla desde el primer plano y corroe el celuloide hasta volverlo fantasma. (...) Hannam filma este manifiesto sin concesiones ni grandilocuencia. Lo suyo no es el gesto político mediano que señala anticipando el elogio. Para él, primero está la imagen. (...) Se queda con sus personajes subidos de tono en el plano corto, sus hormonas calientes como el virus dentro del plano y sus ganas de cambiar futuro por presente en la materialidad histórica de la película(...)
El fin de las ilusiones. Entrevista a Stéphane Brizé (Éric Moreault) Conversaciones

El fin de las ilusiones. Entrevista a Stéphane Brizé (Éric Moreault)

Lo que me parece bastante trágico es que muy probablemente los altos ejecutivos de la empresa no crean una palabra de lo que dicen. Esas personas pueden estar totalmente de acuerdo con los argumentos de la otra parte, pero están al servicio de los accionarios. En el proceso de investigación, varios ejecutivos “arrepentidos” me lo dijeron: nuestro trabajo consiste en hablar de un problema de competitividad, cuando el verdadero problema es de rentabilidad: accionarios que quieren ganar más(...)
“¿Qué hora es allí?”, o la invención de la otredad Arrebatos

“¿Qué hora es allí?”, o la invención de la otredad

Hsiao-kahn acude al puesto de un vendedor de DVD’s y le consulta si tiene cine francés que transcurra en París. El vendedor nombra a Hiroshima mon amour y al mencionado film que inmortalizó el nombre Antoine Doinel. Una señora detrás suyo le consulta al vendedor si tiene películas taiwanesas contemporáneas, y él le responde que no dispone de las que ella busca. En sólo una escena breve, Tsai asume completamente y normaliza el advenimiento de una nueva forma de ver películas de modo doméstico y los efectos que el descubrimiento de toda una historia del cine mundial le puede generar a una industria cinematográfica local(...)