Muerto el cine aún nos queda vasto mundo
Antes de constituirse como fenómeno de masas, antes de ser “industria del entretenimiento”, e incluso antes de que se escribiera su historia, el cine fue eso: una forma de registrar el mundo que le otorgó a la humanidad la posibilidad de tener una memoria visual no sólo de sí sino también del espacio que la contiene; la posibilidad de ver eternizada en una pantalla la acción del viento sobre las hojas de los árboles. (...) No hay, como entiende el niño de la gloriosa "The Long Day Closes", de Terence Davies, pantalla de cine más grande que el cielo(...)